La Nube Blanca

Traducción del libro White Out por Dirk Anderson

La Profetisa de la Puerta Cerrada


Cuando Cristo no regresó cuando se le esperaba, el 22 de octubre de 1844, los seguidores de William Miller quedaron muy desconcertados. Durante los meses siguientes, la mayoría de los milleristas regresó a sus iglesias. Sin embargo, hubo otros que se sintieron demasiado avergonzados para admitir su error o demasiado humillados para regresar. Algunos pensaban que sus antiguas iglesias les habían tratado con un espíritu no cristiano, y prefirieron adorar junto con los que habían tenido una experiencia similar. Muchos comenzaron a reunirse, a menudo en hogares o en recintos alquilados. Esta gentes eran conocidas como "adventistas", y fue entre ellas donde se desarrolló la enseñanza de la "puerta cerrada".

La enseñanza de la "puerta cerrada" se basa en la parábola de las diez vírgenes de Mateo 25. Según la parábola, los mensajeros del esposo exclaman a medianoche que el esposo, que representa a Jesús, viene a la fiesta de bodas (Mat. 25:6). Después del chasco, muchos adventistas creían que el movimiento de 1844 anunciando el regreso de Cristo representaba el clamor de medianoche de Mateo 25. Los seguidores de la doctrina de la puerta cerrada enseñaban que el Esposo vino a la "fiesta de bodas" el 22 de octubre de 1844:

Pero mientras ellas [las vírgenes insensatas] iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron eon él a las bodas; y se cerró la puerta. (Mat. 25:10).
Enseñaban que este versículo se cumplió el 22 de octubre de 1844, cuando Cristo se levantó en el santuario celestial y pasó del Lugar Santo al Lugar Santísimo. Al hacerlo, Cristo cerró la puerta de la salvación para todos, excepto para las "vírgenes prudentes", los creyentes adventistas que se habían preparado para la segunda venida de Cristo participando en el movimiento de 1844 de William Miller. Creían que ahora Jesús estaba reunido "a puertas cerradas" con su pueblo especial, preparándole y purificándole con una serie de exámenes y pruebas para que pudieran ser dignos de recibir su reino. Creían que, desde el 22 de octubre de 1844, Cristo estaba ministrando sólo a Israel - los creyentes adventistas. Enseñabaan que Cristo estaba sometiendo a prueba a sus hijos en relación con ciertos puntos de la verdad, tales como el sábado, y que la obra de ellos en favor de la salvación de las almas perdidas había terminado.

Al principio, el mismo William Miller enseñó la doctrina de la puerta cerrada, como se ve en un artículo que escribió en diciembre de 1844:

"Hemos hecho nuestra obra al advertir a los pecadores y tratar de despertar a una iglesia formal. En su providencia, Dios ha cerrado la puerta; sólo podemos animarnos el uno al otro a ser pacientes". 36
El 19 de febrero de 1845, Miller expresó su creencia de que ningún pecador se había convertido en la tierra durante los cinco meses anteriores: "No he visto ninguna conversión genuina desde entonces [22 de octubre de 1844]". 37

El ministro adventista Gilbert Crammer recuerda cuán rígidamente se hacía cumplir la doctrina de la puerta cerrada en los primeros días:

"Enseñaban que Jesús se levantó y cerró la puerta del Lugar Santo y abrió la puerta que daba al Lugar Santísimo. Muchos creían y enseñaban también que la puerta de la misericordia se cerró para los pecadores en 1844. La verdad era que la posición tomada por el cuerpo de creyentes adventistas en 1844, incluyendo a William Miller, era la de que la obra en favor del mundo había concluído, que no había salvación para los pecadores después de 1844. Tan firmemente se creía esto que algunos que deseaban unirse al cuerpo de creyentes adventistas, y que no habían estado en el movimiento de 1844, fueron rechazados". 38
Así pues, algunos cristianos que deseaban unirse a los adventistas fueron rechazados porque los adventistas creían que la puerta de la salvación estaba cerrada. Sin embargo, pronto fue evidente para la mayoría que la doctrina era defectuosa. Para finales de 1848, casi todos los creyentes en la puerta cerrada, incluyendo a William Miller, habían abandonado esta enseñanza.

Sin embargo, había unos pocos adventistas que persistían en la doctrina de la puerta cerrada. Joseph Bates era un vociferador creyente en la puerta cerrada. Basándose en sus cálculos proféticos, creía que habría un período de siete años durante el cual Cristo sometería a sus hijos a prueba sobre la cuestión del sábado. Creía que ese período comenzó en 1844 y culminaría en 1851, con el retorno de Cristo. En 1847, Bates describe cómo se había cerrado la puerta de la salvación para los gentiles (los no adventistas) en 1844:

"La puerta abierta de Pablo, pues, era la predicación del evangelio con efecto para los gentiles. Ahora, ciérrese esta puerta, y la predicación de este evangelio no tendrá ningún efecto. Esto que decimos es un hecho. El mensaje del evangelio terminó en el tiempo señalado con la terminación de los 2.300 días [en 1844]; y casi todos los creyentes sinceros que observan las señales de los tiempos lo admitirán". 39
Como Bates, James y Ellen White eran ardientes partidarios de la doctrina de la puerta cerrada. Ya para 1845, Ellen recibía visiones mostrando que la puerta de la salvación estaba cerrada. Lucinda Burdick, una joven señora de Maine que tenía más o menos la misma edad de Ellen, describe cómo conoció a la joven profetisa:
"Oí hablar por pimera vez de la Srta. Ellen G. Harmon (más tarde la Sra. Ellen G. White) a principios del invierno (enero o febrero) de 1845, cuando mi tío Josiah Little vino a la casa de mi padre e informó que había visto a una tal Ellen Harmon en el momento de tener visiones que ella aseguraba se las daba Dios. Según mi tío, ella afirmaba que Dios le había revelado que la puerta de la misericordia estaba cerrada para siempre, y que de ahora en adelante no habría salvación para los pecadores. Esto me causó gran inquietud y angustia mental porque yo no había sido bautizada, y mi joven corazón se turbó mucho en cuanto a qué ocurriría con mi salvación si la puerta de la salvación estaba realmente cerrada". 40
Debe haber sido bastante angustioso para la joven Lucinda enterarse de que la puerta de la salvación estaba cerrada para los pecadores. Ella recuerda otras experiencias angustiosas con la profetisa:
"Ellen estaba teniendo lo que se llamaba visiones: dijo que Dios le había mostrado en visión que Cristo Jesús se levantó el día décimo del mes séptimo en 1844, y cerró la puerta de la misericordia; que había abandonado para siempre el trono mediador; que el mundo entero estaba condenado y perdido, y que jamás podría salvarse ningún otro pecador". 41
De aquí que encontremos que las visiones de Ellen enseñaban a sus seguidores a creer que el mundo entero estaba perdido, y que la puerta de la salvación estaba cerrada. El mensaje de Ellen para sus seguidores era que no quedaba ninguna obra por hacer en favor de los no adventistas. El ministro adventista Isaac Wellcome recuerda oir a Ellen relatar este mensaje en visión en 1845:
"Me reuní con Ellen G. Harmon y James White a menudo en 1844 y 1845. Varias veces la sostuve cuando caía al piso - a veces cuando se desmayaba a causa de una visión. La he oído relatar sus visiones de estas fechas. Varias fueron publicadas en hojas de papel, diciendo que todos los que no habían apoyado el movimiento de 1844 estaban perdidos; que Cristo había abandonado el trono de la misericordia, que todos los que serían sellados ya lo estaban, y que nadie más podría arrepentirse. Ella y James enseñaron esto durante uno o dos años. Recientemente, sus visiones publicadas, llamadas 'Testimonios', difieren ampliamente de sus anteriores y las contradicen de plano y directamente". 42
El ministro adventista Gilbert Crammer recuerda cómo Ellen White había visto la puerta cerrada en sus visiones:
 "La doctrina de la 'puerta cerrada' formaba parte de la doctrina de la iglesia; esto es, la Sra. White había visto en visión que el día de la salvación para los pecadores había pasado, y los que creían plenamente que sus visiones venían de Dios también aceptaban esa doctrina". 43
Así, podemos ver que las visiones de Ellen fueron instrumentos para convencer a otros adventistas de que aceptaran la doctrina de la puerta cerrada. A principios de 1846, Ellen describe una experiencia en que sus visiones ayudaron a convencer, a las almas que dudaban, de que la puerta de la salvación para los perdidos estaba efectivamente cerrada:
"Mientras estábamos en Exeter, Maine, durante una reunión con Israel Dammon, James, y muchos otros, muchos de ellos no creían en una puerta cerrada. Sufrí mucho al principio de la reunión. Parecía haber incredulidad por todas partes. Había una hermana allí que era considerada muy espiritual. Había viajado y sido una poderosa predicadora la mayor parte del tiempo durante veinte años. Había sido una verdadera madre en Israel. Pero había surgido una división en el grupo acerca de la puerta cerrada. Ella tenía gran simpatía, y no podía creer que la puerta estaba cerrada. (Yo no sabía nada de las diferencias entre ellos). La hermana Durben se puso de pie para hablar. Me sentí muy, muy triste. Después de un rato, mi alma pareció estar en agonía, y mientras ella hablaba, caí de la silla al suelo. Fue entonces cuando tuve una visión de Jesús levantándose de su trono mediador y yendo al Lugar Santísimo como Esposo para recibir su reino. Todos estaban profundamente interesados en la visión. Todos dijeron que era enteramente nueva para ellos. El Señor, con gran poder, estableció la verdad en sus corazones. La hermana Durben sabía lo que era el poder del Señor, porque lo había sentido muchas veces; y poco después de que yo caí, ella fue atacada, y cayó al suelo, clamando al Señor para que tuviera misericordia de ella. Cuando yo salí de la visión, mis oídos fueron saludados por el canto y los gritos de la hermana Durben. La mayoría de ellos recibió la visión, y quedaron convencidos de la cuestión de la puerta cerrada". 44
Sus visiones pueden haber convencido a la hermana Durben y a los demás en la reunión de que la puerta de la salvación estaba cerrada, pero otros todavía no estaban convencidos. Los White comenzaron a viajar por la región en un esfuerzo por convencer a otros adventistas, como el hermano Stowell, de que la puerta de la salvación estaba cerrada. Ellen relata esta experiencia:
"El primer sábado que pasamos en Topsham [Marzo 24] fue dulce e interesante. Parecía que Jesús mismo pasaba por en medio de nosotros derramando su luz y su gloria. Todos nosotros bebimos un rico trago del pozo de Belén. El Espíritu vino sobre mí y fui arrebatada en visión. Vi muchas cosas importantes, algunas de las cuales se las escribiré antes de cerrar esta carta. Vi que el hermano Stowell, de Paris, vacilaba sobre el asunto de la puerta cerrada. Sentí que debía visitarles. Aunque quedaba a cincuenta millas de distancia sobre caminos muy difíciles, yo pensaba que Dios me daría fuerzas para hacer el viaje. Fuimos, y encontramos que necesitaban ser fortalecidos. No había habido  una reunión en aquel lugar por más de dos años. Pasamos una semana con ellos. Nuestras reuniones fueron muy interesantes. Sentían hambre de la verdad presente. Tuvimos reuniones libres y poderosas con ellos. Dios me dio dos visiones mientras estuve allí, para gran consuelo y fortaleza de los hermanos y las hermanas. El hermano Stowell quedó establecido sobre la puerta cerrada y toda la verdad presente de la cual había dudado". 45
Otros adventistas tomaron nota de los esfuerzos de los White por establecer la doctrina de la puerta cerrada. Un devoto seguidor de la Hna. White y partidario de la puerta cerrada, llamado Otis Nichols, le escribió a William Miller en abril de 1846 felicitando a la Hna. White por las visiones que Dios le estaba dando sobre la puerta cerrada:
"Su mensaje gozó siempre de la presencia del Espíritu Santo, y dondequiera que era recibido como procedente del Señor, quebrantaba y derretía sus corazones como si fueran de niños pequeños; alimentaba, consolaba, y fortalecía a los débiles, y les animaba a aferrarse a la fe y al movimiento del mes séptimo; que nuestra obra a favor de la iglesia nominal y el mundo estaba terminada y lo que quedaba por hacer era a favor de la familia de la fe". 46
Ellen tuvo algunas de sus visiones en la acsa de un adventista llamado John Megquier, que vivía en Poland, Maine. Megquier comparte su relato presencial:
"Conocíamos bien las actividades de Ellen G. White, la visionaria, mientras estuvo en el estado de Maine. Las primeras visiones que tuvo ocurrieron en mi casa en Poland. Ella dijo que Dios le había dicho en visión que la puerta de la misericordia se había cerrado, que ya no había más oportunidad para el mundo, que ella diría quién tenía manchas en sus ropas, y que aquellas manchas se obtenían poniendo en duda sus visiones, sobre si eran del Señor o no. Luego les diría qué hacer, o cuál deber cumplir, para tener nuevamente el favor de Dios. Entonces Dios le mostraría, por medio de una visión, quién estaba perdido, y quién era salvo, en diferentes partes del estado, según si aceptaban o rechazaban las visiones".47
Nuevamente encontramos a la Sra. White prediciendo quién estaba perdido y quién era salvo, basándose en la receptividad a sus visiones. Después de un tiempo, los White pensaron que no era suficiente ir simplemente de pueblo en pueblo predicando la puerta cerrada. En 1847, James publicó un trabajo titulado "A Word to the Little Flock" [Una Palabra a la Manada Pequeña], en el cual él y Ellen fomentaban la doctrina de la puerta cerrada. En esta publicación, Ellen describe una asombrosa visión que ella recibió de Dios:
"Mientras oraba al pie del altar de la familia, el Espíritu Santo vino sobre mí, y parecí elevarme más y más alto, muy por encima del oscuro mundo. Me volví a buscar al pueblo adventista en el mundo, pero no pude encontrarlo, cuando una voz me dijo: 'Mira otra vez, y un poco más alto'. En esto, alcé mis ojos y vi un sendero recto y angosto, situado a gran altura por encima del mundo. Sobre este sendero viajaba el pueblo adventista hacia la Ciudad, que estaba situada al otro extremo del sendero. Había una luz brillante a sus espaldas en el extremo más cercano del sendero, de la cual me dijo el ángel que era el Clamor de Medianoche. Esta luz brillaba a lo largo de todo el sendero, para que no tropezaran. Si mantenían sus ojos fijos en Jesús, que estaba inmediatamente delante de ellos, guiándoles a la Ciudad,estaban seguros. Pero pronto algunos se cansaron, y dijeron que la Ciudad estaba muy lejos, y que habían esperado entrar en ella antes. Entonces Jesús les animó levantando su glorioso brazo derecho, y de este brazo salió una luz gloriosa que ondulaba sobre el grupo del advenimiento, y exclamaron ¡Aleluya! Otros negaron apresuradamente la luz detrás de ellos, y dijeron que no había sido Dios quien les había guiado hasta ahora. La luz detrás de ellos se apagó, dejando sus pies en completa oscuridad, y tropezaron y quitaron sus ojos del blanco y perdieron de vista a Jesús, y cayeron del sendero hacia el oscuro y perverso mundo que estaba abajo. Era tan imposible que ellos regresaran al sendero nuevamente y fueran a la Ciudad, como para todo el mundo impío que Dios había rechazado".48
De acuerdo con esta visión, los adventistas caídos no podrían regresar al sendero que llevaba al cielo porque la puerta de la salvación estaba cerrada. Como el "mundo impío que Dios había rechazado", los adventistas caídos no tenían más esperanza de salvación. James añadió sus pensamientos sobre la puerta cerrada en el mismo trabajo:
"Jesús está claramente representado en la Biblia, en sus diferentes caracteres, oficios, y obras. En la crucifixión, fue el manso cordero inmolado. Desde la ascensión, hasta que la puerta se cerró en octubre de 1844, Jesús permaneció con sus brazos de amor y miericordia extendidos, listo para recibir y abogar por la causa de cada pecador que viniera a Dios po medio de él. En el día décimo del mes séptimo de 1844, entró al Lugar Santísimo, donde desde entonces ha sido un misericordioso 'sumo sacerdote sobre la casa de Dios'".49
Mientras James y Ellen continuaban enseñando que Jesús ya no abogaba por la causa de los pecadores en 1847, la marea estaba comenzando a volverse contra la doctrina. Para fines de 1848, la mayoría de los adventistas se había dado cuenta de que la enseñanza etaba errada, y la descartó. Mientras tanto, la profetisa de Dios no estaba dispuesta a abandonar la doctrina. Este era el mensaje que Dios le había dado para que lo predicase, y ella no estaba dispuesta a renunciar a él a pesar de que su popularidad estaba disminuyendo. ¿Deberían cambiar su mensaje los profetas sólo porque no es popular? ¡Por supuesto que no! Por eso, los White y Bates continuaron proclamando la enseñanza de la puerta cerrada. En realidad, James inició una nueva revista mensual titulada Present Truth [La Verdad Presente]. La doctrina de la puerta cerrada recibió atención prominente en esta revista cada mes durante el corto tiempo en que fue publicada.

El otoño de 1849 marcó casi cinco años desde que los adventistas de la puerta cerrada habían rehusado trabajar por la salvación de los perdidos. El ex-ministro Adventista del Séptimo Día W. H. Brinkerhoff recuerda esta triste historia:

"Durante cierto número de años después de 1844, los Adventistas del Séptimo Día, actuando en consistencia con su teoría, no quisieron trabajar por la salvación de los pecadores, a pesar de que, como afirmaban, tenían el don de profecía en la iglesia para corregir errores, y fue sólo cuando las circunstancias les obligaron a admitir la posibilidad de que se salvaran otros, además de los adventistas de 1844, que reconocieron su error de que la puerta estaba cerrada 'firmemente' ...". 50
Es doloroso imaginar cuántas almas perdidas nunca oyeron hablar del evangelio durante este período. ¿Cuánta gente podría haber sido traída a Cristo? Después de soportar cinco años del dogma de la puerta cerrada, algunos probablemente se preguntaban cuándo iban los ángeles a tocar a Ellen en el hombro y decirle que la enseñanza de la puerta cerrada era ficción. Por el contrario, sin embargo, los ángeles le estaban reenfatizando que el día de salvación para los pecadores había pasado. En agosto, Ellen compartía con los lectores de Present Truth lo que su ángel acompañante le había dicho:
"Mi ángel acompañante me invitó a buscar la preocupación espiritual por las almas de los pecadores, como antes. Miré, pero no pude hallarla, pues el tiempo de su salvación había pasado". 51
Mientras otros cristianos (aquéllos a los cuales se referían los White como Babilonia y la sinagoga de Satanás) cumplían la comisión de Cristo de difundir el evangelio a las almas perdidas, los adventistas de la "puerta cerrada" no sentían ninguna "preocupación espiritual por los pecadores". Sin embargo, para principios de 1850, los adventistas de la puerta cerrada se enfrentaban a un dilema. Su doctrina experimentaba problemas, y tenían dificultades para atraer nuevos adherentes. De acuerdo con el modo en que Bates entendía la profecía, Jesús debía regresar en el otoño de 1851, ¡y ellos sólo tenían como dieciocho meses para prepararse! Lo preocupante de todo esto era que sus seguidores sumaban cientos, pero necesitaban tener 144.000 para el otoño del año siguiente. ¿Qué iban a hacer? ¡Quizás habían cerrado la puerta con demasiada fuerza!

A principios de 1850, aparecieron las primeras señales de que la puerta cerrada estaba comenzando a entreabrirse. En una carta escrita a algunos amigos en febrero, la Sra. White anunció algunos nuevos conversos al mensaje adventista:

"Por todas partes a nuestro alrededor, las almas están llegando a la verdad. Son los que no han oído hablar de la doctrina adventista, y algunos de ellos son los que salieron a encontrar al Esposo en 1844, pero que desde aquel tiempo han sido engañados por falsos pastores hasta que no supieron dónde estaban ni qué creían". 52
Aquí encontramos la primera indicación de que los que no eran parte del movimiento de 1844 podían salvarse. Por supuesto, la Sra. White tiene buen cuidado de mencionar que estas gentes eran cristianos que nunca habían oído hablar de la doctrina adventista. Todavía no había esperanza para los no cristianos ni para los cristianos que habían rechazado el mensaje de Miller que fijaba fechas.

En abril de 1850, la puerta cerrada se entreabrió un poco más para permitir la entrada de los hijos de los santos. Habían pasado casi seis años desde el Gran Chasco, y habían nacido muchos niños durante este período. ¿Podrían salvarse estos niños, puesto que no eran parte del movimiento de 1844? La cuestión fue decidida en la revista Present Truth:

"Como ellos [los niños pequeños] estaban entonces [1844] en un estado de inocencia, tenían tanto derecho a estar registrados sobre el pectoral del juicio como los que habían pecado y recibido el perdón, y son, por lo tanto, sujetos de la presente intercesión de nuestro gran sumo sacerdote". 53
Durante todo el año de 1850, James White continuó proclamando el mensaje de la puerta cerrada en su revista. A pesar de la creciente impopularidad del mensaje de la puerta cerrada, James y Ellen estaban decididos a continuar promoviéndolo. En mayo, James escribió:
"Pero el pecador, a quien Jesús había extendido sus brazos durante todo el día, y quien había rechazado los ofrecimientos de salvación, quedaba sin abogado, cuando Jesús salió del Lugar Santo y cerró aquella puerta en 1844". 54
Finalmente, casi a finales de 1850, la puerta cerrada se entreabrió todavía un poco más. La puerta cerrada se abrió justo lo suficiente para que Herman Churchill se escurriera adentro. Churchill había sido inconverso en 1844. Su decisión de unirse a los creyentes adventistas en agosto de 1850 causó considerable conmoción entre los creyentes de la puerta cerrada. James escribió sobre el acontecimiento en una carta:
"Un hermano [Herman Churchill], que no había estado en el Advenimiento, y no había hecho profesión de religión pública sino hasta 1845, se definió con claridad y fuerza acerca de toda la verdad. Nunca se había opuesto al Advenimiento, y es evidente que el Señor le había estado guiando, aunque su experiencia no había sido exactamente como la nuestra. Los que llegan a la verdad en la hora undécima pueden esperar grandes pruebas". 55
Casi seis años después del Gran Chasco, los adventistas hicieron el primer converso que no había sido cristiano en 1844. Se sorprendieron de que alguien que no fuera parte del movimiento de 1844 estuviera interesado en unírseles. El presidente de la Conferencia General, George Butler, escribiendo en el número del 7 de abril de 1885 de Review and Herald, recuerda la sorprendente naturaleza de la decisión de Herman Churchill:
"El suyo fue uno de los primeros casos de conversión del mundo a la verdad presente que ocurrió después de 1844 ... Le recuerdo bien al llegar a Waterbury, Vermont, y asistir a reuniones en la casa de mi padre, donde algunas personas se reunían de tiempo en tiempo. Al principio, se sorprendieron de que alguien que había sido incrédulo manifestara interés en la doctrina adventista. No fue rechazado, sino que fue bienvenido. Era serio y celoso, y al discernir sinceridad en él, le aceptaron como un verdadero converso". 56
Al avanzar el año de 1851, fue más y más evidente para todos que Cristo no regresaría en el otoño. Las esperadas señales no estaban ocurriendo, y la gente sin duda se estaba cansando de oír predicciones sobre la pronta venida de Cristo. También se estaban cansando de la enseñanza de la puerta cerrada. Después de casi siete años, James y Ellen  abandonaron de mala gana su doctrina. Un ángel no les comunicó su error. Ellen no recibió una visión revelándole su error. El tiempo mismo había matado la doctrina. Simplemente, ya no tenía sentido.

El haber descartado la doctrina de la puerta cerrada puso a Ellen White en la posición en que ningún profeta quiere estar. ¿Cómo explicar a sus seguidores que las visiones eran erróneas? ¡La gente esperaba que la profeta corrigiera sus falsas enseñanzas, no que las apoyara! Como resultado, durante los pocos años que siguieron, la Sra. White se mantuvo extrañamente en silencio. Afortunadamente para los White, el daño había sido limitado. Es improbable que más que unos pocos miles de personas hubiesen siquiera oído hablar de Ellen White. Quizás esta era una herida que el tiempo sanaría. Trasladarse a una nueva localidad y a un nuevo campo de trabajo parecía ser lo indicado, puesto que su influencia había sido dañada irreparablemente en el noreste. Para mediados de la década de 1850, los White se habían mudado a Michigan, desde donde enfocaron sus esfuerzos hacia los estados del medio oeste de los Estados Unidos. Lucinda Burdick escribe sobre la pérdida de influencia de los White en el área de Nueva Inglaterra:

"Poco tiempo después de esto, tanto la confianza como el interés en esta pareja fanática se desvaneció, pues las visiones no sólo eran infantiles y desprovistas de sentido, sino también absolutamente contradictorias. ... Habiendo perdido su influencia y su campo de trabajo en Maine, pronto  se dirigieron al oeste, donde lograron despertar considerable interés y gran número de seguidores por medio de su enseñanza sabadista". 57
James se dispuso inmediatamente a restaurar la imagen de Ellen. Inició lo que habría de convertirse para él en una tarea de toda la vida - revisar los escritos proféticos de su esposa. Revisó todos los artículos de su esposa, y eliminó todas las partes objetables que tenían que ver con la doctrina de la puerta cerrada. Desechó la revista Present Truth, que algunos habían llegado a creer que era cualquier cosa menos la verdad presente. Luego inició una nueva revista titulada Advent Review and Sabbath Herald. En 1851, reimprimió la versión "revisada" de las visiones de su esposa en un folleto de 64 páginas llamado "Experience and Views" [Experiencia y Visiones].

Si bien James aparentemente no temía eliminar escritos de una profeta de Dios, no todos los hermanos quedaron muy complacidos. Cuando salió el nuevo folleto faltándole el 19 por ciento del contenido, una crisis amenazó con estallar. Como puede imaginarse, algunos miembros de la minúscula iglesia quedaron horrorizados por la exclusión de visiones enteras, que ellos creían venían directamente de Dios. Algunos hermanos pidieron una reunión con James. La Sra. White describe cómo conjuró James la crisis:

"En alguna ocasión de los primeros días del mensaje, el pastor Butler y el pastor Hart sintieron confusión con respecto a los testimonios. Con gran angustia, gemían y lloraban, pero por algún tiempo no quisieron dar las razones de su perplejidad. Sin embargo, habiéndoseles presionado para que dieran la razón de su infiel palabra y conducta, el pastor Hart se refirió a un pequeño folleto que había sido publicado como las visiones de la hermana White, y dijeron que, hasta donde sabían con certeza, algunas visiones no habían sido incluídas. Delante de un gran auditorio, ambos hermanos dijeron en alta voz que habían perdido confianza en la obra.

"Mi esposo le dio el pequeño folleto al pastor Hart, y le pidió que leyera lo que estaba impreso en la página del título. 'Un Bosquejo de la Experiencia Cristiana y las Visiones de la Sra. E. G. White' ['A Sketch of the Christian Experience and Views of Mrs. E. G. White'], leyó.

"Por un momento, hubo silencio, y luego mi esposo explicó que nosotros habíamos estado muy escasos de medios, y al principio sólo pudimos imprimir un pequeño folleto, y les prometió a los hermanos que, cuando se levantaran los medios suficientes, las visiones se publicarían más completamente en forma de libro.

"El pastor Butler estaba profundamente conmovido, y después de que se hubo dado la explicación, dijo: 'Inclinémosnos delante de Dios'. Siguieron oraciones, llanto, y confesiones, como rara vez hemos oído. El pastor Butler dijo: 'Hermano White, perdóneme; temí que usted estuviera ocultándonos algo de la luz que debíamos tener. Perdóneme, hermana White'. Entonces el poder de Dios llegó a la reunión de manera maravillosa". 58

James había dado un golpe maestro que convirtió un desastre en una pequeña victoria. ¡No sólo se las arregló para justificar las eliminaciones, sino que se las arregló también para echar sobre los hermanos la responsabilidad de las eliminaciones por no proporcionarle suficiente dinero para costear el proyecto!

El hermano Butler había estado preocupado de que se hubiese ocultado la "luz del cielo". Ese día aprendió una lección que muchos aprenderían más tarde. Cuando James White corregía y borraba partes de los escritos de la Sra. White, no estaba ocultando la "luz del cielo". Más bien, estaba ocultando errores y equivocaciones, que, si se examinaban, llevarían a la gente a preguntarse si su esposa era realmente una profeta.

No sabemos cuánto dinero recogió James ese día para republicar la obra entera. Sin embargo, sí sabemos que, en años posteriores, los White alcanzaron una posición financiera dramáticamente mejor. ¿Cumplió James alguna vez su promesa de imprimir todas las visiones cuando hubo más dinero disponible? A pesar de sus finanzas mejoradas, James nunca reimprimió el material. Gradualmente, las visiones quedaron olvidadas como reliquias del pasado. La puerta cerrada fue "blanqueada" de la historia de la iglesia, y rara vez se tocó el tema después de principios de 1850. La doctrina de la puerta cerrada podría haber descansado en el cementerio del silencio si no hubiese sido por los acontecimientos de la década de 1880.

El Fracaso de Early Writings [Primeros Escritos]

Treinta años más tarde, las heridas de la puerta cerrada casi habían sanado. Los artículos de Ellen White en A Word to the Little Flock y Present Truth  habían desaparecido hacía tiempo, y muy pocos adventistas sabían siquiera de su existencia. La mayoría de los adventistas no tenían idea de que su profeta había promovido una falsa enseñanza  por medio de sus visiones. Sin embargo, las heridas de la puerta cerrada continuaron siendo una fuente de irritación de tiempo en tiempo.

En 1866, dos minstros adventistas de Iowa, B. F. Snook y W. H. Brinkerhoff, imprimieron en un libro algunas de las cuestionables afirmaciones y visiones de la Sra. White. Esto trajo a primer plano un tema de discusión que estaba comenzando a desaparecer del recuerdo. Muchos adventistas que habían sido parte del movimiento de 1844 podían recordar los acontecimientos de la puerta cerrada. El adventista W. Phelps hizo una pregunta retórica:

"Ahora yo pregunto con toda sinceridad: ¿Quién que hubiese sido adventista en 1844 no sabe que, cuando pasó el tiempo, se convirtió en fe de la gran masa de adventistas el hecho de que el período de prueba había terminado, que la salvación de los pecadores había pasado, que algunos sostenían el mismo punto de vista todavía en 1852, y que las visiones de la puerta cerrada estaban en armonía con ese punto de vista?" 59
La consiguiente controversia sobre Ellen White y sus visiones condujo a una división en la iglesia de Iowa, pero los White fustigaron a Snook y a Brinkerhoff, y esta tormenta finalmente pasó. Sin embargo, en la iglesia se comentó por muchos años el hecho de los escritos supimidos de Ellen White.

A principios de la década de 1880, el presidente de la Conferencia General, George Butler, estaba ansioso de poner fin a aquellos rumores. El ministro adventista D. M. Canright cuenta cómo Butler se le aproximó a él y a James White y les habló sobre volver a publicar los primeros escritos de la Sra. White:

"En ese tiempo Butler era presidente de la Conferencia General, presidente de la Asociación Publicadora, etc. Un día de 1850, entró a la oficina donde estábamos el pastor Smith y yo. Muy alegre, dijo: 'Esos rebeldes del oeste dicen que hemos suprimido algunas de las primeras visiones de la hermana White. Les taparé la boca, pues voy a volver a publicar todo lo que ella escribió en aquellas primeras visiones'. El pastor White se inclinó hacia adelante, bajó la voz, y dijo: 'Butler, es mejor que vayas un poco lento'. Eso fue todo. Yo no entendí lo que significaba esta advertencia, ni Butler tampoco. Pronto murió el pastor White - en agosto de 1881. Butler entonces siguió adelante con sus planes, y en 1882 publicó la edición actual de Early Writings [Primeros Escritos]". 60
A pesar de la advertencia de James, Butler siguió adelante y publicó Early Writings para silenciar a los críticos de Ellen White. Depués de que se publicó el libro, Butler escribió un artículo anunciándolo:
"'Estos fueron los primeros escritos publicados de la hermana White. ... Muchos han deseado grandemente tener TODO lo que ella ha escrito para que se publicara... Tan fuerte era el interés por tener estos escritos reproducidos, que hace varios años la Conferencia General recomendó, por votación, que se volvieran a publicar. El volumen bajo consideración es el resultado de este interés. Llena una necesidad largamente sentida.... Hay otra característica interesante relacionada con este asunto. Los enemigos de esta causa, que no han escatimado esfuerzos para quebrantar la fe de nuestro pueblo en los testimonios del Espíritu de Dios y en el interés despertado por los escritos de la hermana White, han capitalizado todo lo posible el hecho de que los primeros escritos no se podían obtener. Han dicho muchas cosas sobre que habíamos 'suprimido' estos escritos, como si nosotros nos avergonzáramos de ellos. Algunos han tratado de hacer ver que había algo objetable acerca de ellos, que temíamos que salieran a la luz del día, y que nosotros los manteníamos cuidadosamente en un segundo plano. Estas mentirosas insinuaciones han respondido a su propósito de engañar a algunas almas incautas. Ahora estos escritos aparecen en su verdadero carácter, mediante la publicación de varios miles de copias de este libro 'suprimido', que nuestros enemigos pretendían que nosotros estábamos ansiosos de ocultar. Han afirmado que estaban muy ansiosos de obtener estos escritos para mostrar su supuesto error. Ahora tienen la oportunidad". 61
No hay duda de que todo el propósito de la publicación era silenciar a los críticos de Ellen White. En el prefacio, los publicadores nos aseguran que éstos son realmente los primeros escritos de la Sra. White:
"Todas sus obras, especialmente estas primeras visiones, han despertado gran interés, y se ha hecho imperativo el llamado para que se publique una segunda edición". "No se ha omitido ninguna parte de la obra. No se han hecho ni sombra de cambios en ninguna idea ni sentimiento de la obra original; y los cambios verbales se han hecho bajo la supervisión personal de la autora y con su aprobación plena". 62
Antes que silenciar a los críticos, el libro resultó en una tormenta de controversia. Inmediatamente después de que se publicó Early Writings, el pastor A. C. Long publicó un tratado ded dieciséis páginas titulado "Comparación entre los Primeros Escritos de la Sra. White y Publicaciones Posteriores" [Comparison of the Early Writings of Mrs. White with Later Publications]. En esa publicación, el pastor Long mostraba, línea por línea, dónde habían sido borradas partes de los escritos de la Sra. White. En realidad, Early Writings consistía de los escritos de Ellen White tomados del folleto publicado por James en 1851 y titulado "Experience and Views". Esta publicación de 1851 no tenía los primeros escritos de Ellen White. La publicación de 1851 no tenía ninguna de las perjudiciales informaciones sobre la puerta cerrada. En realidad, los primeros escritos fueron escritos en 1845, y se publicaron en el periódico de 1846, DayStar. Otros primeros escritos aparecieron en A Word to the Little Flock, y los artículos de Present Truth publicados entre 1847 y 1850.

Un ejemplo citado por el pastor Long se encuentra en la página 14 de Early Writings. En este ejemplo encontramos una de las más famosas visiones de Ellen, con una oración faltante (destacada en corchetes más abajo):

"Mientras oraba al pie del altar familiar, el Espíritu Santo cayó sobre mí, y yo parecía estar elevándome más y más alto, muy por encima del oscuro mundo... Alcé mis ojos, y vi un sendero recto y angosto, bien por encima del mundo. Sobre este sendero viajaba el pueblo adventista hacia la ciudad, que estaba al extremo más lejano del sendero. Había una luz brillante detrás de ellos al comienzo del sendero, que un ángel me dijo era el clamor de medianoche. Esta luz brillaba a lo largo de todo el sendero y alumbraba sus pies para que no tropezaran. Si mantenían sus ojos fijos en Jesús, que estaba justo delante de ellos, guiándoles a la ciudad, estaban seguros. Pero, pronto algunos ... apresuradamente negaron la luz que estaba detrás de ellos, y dijeron que no había sido Dios quien les había guiado hasta ahora. La luz que estaba detrás de ellos se apagó, dejando sus pies en completa oscuridad, y tropezaron y perdieron de vista el blanco y a Jesús, y cayeron desde el sendero hacia el oscuro e impío mundo que estaba abajo. [Era tan imposible para ellos regresar al sendero nuevamente e ir a la ciudad, como para todo el impío mundo que Dios había rechazado]. Pronto oímos la voz de Dios como muchas aguas..."
La razón para que estas líneas fueran suprimidas es obvia. Enseñan una doctrina de la puerta cerrada que la iglesia había descartado hacía 30 años. Después de que el pastor Long publicó su tratado, Butler probablemente cayó en la cuenta de por qué James White le había dicho que anduviera poco a poco. Aunque los dirigentes de la iglesia ahora eran conscientes de que Early Writings no constituía en realidad los primeros escritos de la Sra. White, no retiraron el libro. De hecho, todavía está disponible en la actualidad.

Finalmente, la controversia llegó a la Sra. White, y en un intento por explicar sus afirmaciones sobre la puerta cerrada, escribió lo siguiente en 1884:

"Durante un tiempo después del chasco de 1844, sostuve, junto con el cuerpo de adventistas, que la puerta de la misericordia se había cerrado para el mundo para siempre. Yo tomé esta posición antes de que se me diera mi primera visión. Fue la luz que Dios me dio la que corrigió nuestro error, y nos permitió ver nuestra verdadera situación". 63
Aunque admitió que había cometido un error, la Sra. White trató de hacer ver que sus visiones de Dios corrigieron el error. Lo que no mencionó fue que ella sostuvo la creencia durante casi siete años y la enseñó a otros basándose en sus visiones.

Por devastador que esto pueda parecer, el descubrimiento más sorprendente sobre los primeros días de la Sra. White todavía quedaba por hacerse. Sólo 100 años después de que se publicó Early Writings, un estudiante de un seminario Adventista del Séptimo Día hizo lo que se ha descrito como el descubrimiento histórico adventista del siglo. Fue un vergonzoso descubrimiento en relación con Israel Dammon, uno de los primeros asociados de Ellen White ...



Notas:

36. Advent Herald, Dec. 11, 1844.
37. Voice of Truth, Feb. 19, 1845.
38. M. A. Branch, The Autobiography of Gilbert Cranmer.
39. Joseph Bates, Second Advent Waymarks, 1847, pp. 97-110.
40. Carta de Lucinda Burdick, Bridgeport, Connecticut, Sep. 26, 1908.
41. Miles Grant, An Examination of Mrs. Ellen White´s Visions, Boston: Advent Christian Publication Society, 1877.
42. Ibid.
43. Robert Coulter, The Story of the Church of God (Seventh Day) (1983). Bible Advocate Press: Denver, Co.), pp. 12-13.
44. Ellen White, Manuscript Releases, Vol. 5, p. 97.
45. Ibid., p. 93.
46. DF 105, Otis Nichols to William Miller, April 20, 1846. (Tomado de The Early Years, Volume 1, pp. 75-76.
47. Ibid.
48. A Word to the Little Flock, 1847. Note: Las primeras visiones de Ellen White se imprimieron en el DayStar en 1846. Sus cartas a Enoch Jabobs, editor, fueron fechadas durante el invierno de 1845.
49. Ibid., pp. 1-2.
50. W. H. Brinkerhoff, Hope of Israel, Julio 24, 1866.
51. Present Truth, Agosto 1849.
52. Carta 4, 1850, pp.1, 2.
53. Present Truth, Abril, 1850.
54. Present Truth, Mayo, 1850.
55. James White, AR, Agosto, 1850, (Early Years, p. 191).
56. George Butler, Review and Herald, Abril 7, 1885.
57. Carta de Lucinda Burdick, Bridgeport, Connecticut, Sept. 26, 1908.
58. Selected Messages, Vol.1, p. 53.
59. W. Phelps, Hope of Israel, carta al editor, Ago. 21, 1866.
60. D. M. Canright, The Life of Ellen White, capítulo 8, 1919.
61. Advent Review, Dic. 26, 1882.
62. Early Writings, prefacio.
63. Ellen G. White, Selected Messages, Vol., p. 63.


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